Ahora me doy cuenta de que siempre he sido el cero a la izquierda de muchas personas.

Para quien.me.sustituya.

No te sientas molesta si te sientes que eres la única que discute. Él es así. Tratará de evitar cualquier tipo de conflicto. Tampoco le gusta publicar sus relaciones ni sus sentimientos, así que no esperes que lo haga. Confórmate con saber que te ama. Puede que no piense en ti en todo momento, pero lo hará bastante seguido.
Sus sueños y anhelos son más grandes de lo que su confianza le permite creer, así que parte de tu trabajo es recordarle día a día lo inteligente que es. Repítele que es capaz de hacer lo que se proponga. Puede que no te crea, pero no dejes de decirlo.
Te hará ver el mundo desde otra perspectiva. Comenzarás a cuestionarte cosas que nunca antes habías pensado. Aprenderás que si haces algo que a él no le gusta, levantará una ceja y te mirará sin pestañear.
No dejes que nada de esto te asuste y ámalo como se merece. Te contará sobre su pasado y sus errores, así que es tu trabajo tomarlo de la mano y decirle que no vas a juzgarlo.
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Él es mejor persona hoy en día debido a esos errores. Si llegó hasta ti es porque sus relaciones pasadas fracasaron. Espero que lo ames como se merece, y espero que él te ame tanto como yo sentí que me amó a mí. Espero que él logre ser honesto contigo de la forma en que nunca logró serlo conmigo. Y sobre todo, espero que te entregue la vida de cuento de hadas que alguna vez pensé que podía tocarme a mí.
Importante: Recuerda que no tengo nada en contra tuyo, pero para ser honesta, estoy un poco celosa de ti. Con el tiempo he logrado aceptar lo que pasó. Además, estoy contenta de que alguien más pueda experimentar la felicidad que yo viví.
Espero que algún día nos podamos conocer, de verdad. Como dije antes, tenemos una conexión que no muchas personas tienen, y estoy segura de que eres una gran persona. Estoy segura porque sé que él es capaz de ver cómo es una mujer realmente, antes de enamorarse de su apariencia.
Sólo quiero pedirte una cosa: no le hagas sufrir de la forma en que él me hizo sufrir a mí. Creo en el poder del karma. Estoy convencida de que la gente recibe lo que da, pero no le deseo esa tristeza a nadie. Ni siquiera a él. Estás saliendo con el hombre de tus sueños, y estoy siendo realmente sincera cuando digo que espero que todo funcione bien entre vosotros dos.
Con cariño,
La otra chica

Memento Mori

  • Por primera vez siento el tiempo como un latido, los segundos bombean en mi pecho de forma certera, los numerosos misterios que en otro tiempo parecieron distantes e irreales amenazaron la claridad en presencia de una verdad albergada no en la juventud sino solo en su paso. Al decir estas palabras siento como si se me quitara un peso de encima porque se que tu las leerás y compartirás mi carga, pues ya no confío en nadie más. Saber que conoces mi corazón, que profundizaras en él encontrando allí recuerdos y experiencias que te pertenecieron, que son tuyos, me sirve de consuelo ahora, mientras siento como se liberan las ataduras y se oscurecen las perspectivas de continuar un viaje que comenzó no hace mucho tiempo, que reemprendí con la fe vacilante y que se fue fortaleciendo por tus convicciones, de no ser por ello es muy posible que a partir de ahora no tuviera el valor ni la fuerza de tenerte frente a mi y mirarte, incompleta, confiando en que me perdones por no continuar el resto del viaje contigo. (Dana Scully)

Somos tú y yo.


Hay finales que nunca llegan, otros que se repiten: finales con nuevos comienzos; comienzos con finales escritos, hay finales felices y otras veces difíciles, y los hay también de los que llegan sin avisar, sin que te dé tiempo a decir adiós. Este último quizás sea el más desleal, egoísta y puñetero; en el que el silencio es la última palabra y tu imaginación la única conocedora de una explicación. Y es que no hay adiós más triste que el que no se dice, pero más triste es el que no se explica.
Las mejores cosas suelen llegar por casualidad, cuando lo que deseas no se cumple y lo que menos esperas sucede. Las bienvenidas siempre son casuales y rara vez buscamos una explicación, nos conformamos con creer que ha sido cosa del destino o pura coincidencia. Pero cuando alguien se va, cuando llega la despedida, necesitamos verla, escucharla y sentirla para creerla, pero, sobre todo, necesitamos entenderla. Y es el ¿por qué? la pregunta cuya respuesta buscamos sin cesar, convirtiéndola en la única salida, en el único camino posible para seguir la marcha sin mirar atrás.
Tenemos la mala costumbre de querer apalabrar lo evidente, en busca siempre de explicaciones racionales, olvidando que muchas veces el todo se convierte en nada sin un motivo aparente y mil motivos latentes; que hay gestos que anuncian despedidas y que al igual que una sonrisa puede ser el comienzo, una mirada puede marcar el punto final. “¿Por qué?” Dicen que hay preguntas que no tienen respuesta. Mentira. Todas la tienen, pero no todas merecen ser respondidas, porque a veces da igual cuál sea la respuesta, siempre vendrá acompañada por otra pregunta, nuevas respuestas y, otra vez, más preguntas; el caso es no ser capaz de cerrar la puerta y marchar. El caso es no ser capaz de entender que hay puertas que se cierran porque hay otras esperando ser abiertas. Que la vida es sabia y está compuesta por múltiples caminos, algunos eternos y la gran mayoría, efímeros. Pero todos, necesarios, con sus flores y sus piedras, porque cada paso nos aporta un aprendizaje, una pista para, quizás, llegar al camino final.
Hay finales que nunca llegan, otros que se repiten, hay finales felices y otras veces, difíciles, y los hay también de los que llegan sin avisar. Sea como sea, ninguno será convincente, todos llegan con dudas. No esperes encontrar las palabras exactas, nunca te parecerán suficientes y siempre quedará algo por decir, por preguntar…pero aquellos que pretenden ver con claridad antes de decidir, nunca deciden. Y aunque no hay adiós más triste que el que no se dice, ni se explica, ni se entiende, la verdad es que el más triste de todos es el que no queremos ver. Nunca es buen momento para decir adiós, pero siempre, es necesario.
“Ten la valentía para aceptar las despedidas y la vida te regalará nuevas bienvenidas”