Recuérdame


Recuérdame cuando ya no haya más que resquicios de una pasión mal enfocada.
Recuérdame cuando vayas a acostarte en la cama y sientas que no hay nada más allá que un vacío insalvable.
Recuérdame tal y como era.
Recuérdame sonriente, alegre, feliz. No incluyas en tu memoria los malos ratos que pasamos. No recuerdes mis lágrimas ni mi llanto desconsolado al verte partir sin mí. No recuerdes nada más que el feliz viaje en el que nos embarcamos sin más maleta, sin más rumbo que nuestro amor.
Recuérdame...
...porque si no me recuerdas...
Mi alma, que ya de por sí está hecha jirones, acabaría por fugarse de mi cuerpo con la poca cordura que me queda.

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