Desear algo es una intención de pertenencia. El que desea quiere poseer, y el que ama necesita compartir. El enamorado no quiere poseer el cuerpo amado, sino comer y beber de él, ofreciéndose él mismo como comida y bebida. Los enamorados no desean nada, ya que nada poseen del otro. La naturaleza del amor es compartir, tanto el lecho como las pequeñas e incongruentes realidades cotidianas; el amante no desea, ya que él mismo es también el otro.
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