Se dice que tenemos dos grandes amores, uno con el que por suerte acabas para siempre, te casas, tienes una familia; y otro que vas a perder siempre, un amor tan profundo y tan arraigado a uno mismo, que lo hace más especial y más doloroso.

La verdad es que el dolor parece una constante en mis relaciones, cuando pasa la bruma y ven quien realmente soy, acaban haciéndome daño. Mi vulnerabilidad se debe a mi deseo de tener a alguien que me quiera sin pretensiones, sin que me duela tantísimo mantenerme constante. Y sin embargo, aquí estoy, intentando pegar los trozos de un corazón cada vez más roto, cada vez más consagrado al dolor y a la soledad.

Espero, que de verdad, él sea mi primer gran amor, esa persona con la que te mantienes y sigues hacia delante... y

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