Aunque duela.

Aunque duela.

Aunque duela tanto.

Porque cómo se supera. Cómo se supera un “no ha podido ser”. Cómo se supera lo que no hubieras querido tener que superar jamás. Superar un “lo dimos todo, pero no funcionó”. A ver, explícame cómo, porque yo quiero el atajo.

Quiero el atajo para dejar de sentir el dolor de la pérdida y, al mismo tiempo, la confusión de esta extraña recuperación. Quiero el atajo para volver a sonreír sin esforzarme y, sobre todo, el atajo para volver a estar a tu lado.

A tu lado pero esta vez, ya, sin que mi piel sea de tus manos.

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