Me levanto hecha trizas sin ganas de nada.
Sobrevivo al día intentando mantenerme ocupada pero llega un punto en el que acabo tan agotada que no puedo ni comer.
Cuando como, al instante voy a vomitar porque no logro mantener nada dentro a causa del estrés y la ansiedad. Y así voy sobrellevando los días, intentando mantener el estómago entero mientras veo como mi fragilidad aumenta.
Y me odio por no ser fuerte.
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