Después de la ducha interminable, y de haberse afeitado con suma paciencia -ese era el problema de ser un adulto-; Travis se dispuso a descansar en su cómoda cama de matrimonio, donde le esperaba una almohada de plumas y un edredón a la par que suave, calentito. Pero para poder dormir sin las pesadillas que le acosaban desde el accidente, tenía que tomarse dos o tres somníferos, y así conseguía conciliar el sueño aunque fuese por unas cuantas horas, hasta que el sol bañara su piel e hiciera que sus ojos adormecidos se abrieran poco a poco...
Se metió en la cama, y en un momento, se quedó dormido y no pudo soñar puesto que no tenía nada bueno que soñar. A la mañana siguiente, nada más entrar el sol por la ventana, Travis se levantó y desperezó con una gracia algo infantil, se duchó y vistió para ir a la universidad -ya que él era un universitario de primera categoría-; Allí la gente también le tachaba de bicho raro, pero muchas chicas estaban pendientes de él, antes era el patito feo y ahora, el gran cisne con el que todos quieren estar. Odiaba esa actitud de la gente, odiaba que fuesen tan falsos e hipócritas con él, pero como buen ciudadano se callaba sus pensamientos y los enterraba en el fondo de su corazón -el cuál, estaba llenandose de puro veneno y odio-. Una vez hechas todas las tareas diarias, que suelen hacerse antes de ir a algún sitio, Travis cogió las llaves del coche y bajó al garaje, donde le esperaba su flamante Porsche negro, con el tapizado en cuero rojo, -todo un lujo que hacía que todo el mundo posara sus ojos en él-. Suavemente, entro en el coche, y casi susurrandole encendió el motor que rugió de una manera suave, rozando el silencio... Dio marcha atrás y se dispuso a vivir su vida de día, llena de falsedad, hipocresía e interés pero no por ello quería perderselo, eran las actividades cotidianas de los seres humanos y él, aunque no le gustara reconocerlo, también era uno y tenía que comportarse como tal. Llego a tiempo al campus, y allí estaban "sus amigos" pero todos se borraron en el instante en el que ella pasó. Era May, la chica más hermosa del lugar, pelo negro por debajo de los hombros, ojos azul eléctrico, piel pálida como la nieve, con un cuerpo sugerente y lleno de vida... - Ah, quien pudiese estar a su lado- pensó con tristeza Travis, el cual llevaba enamorado de May desde 6º de primaria.. - Hey, Travis- gritarón todos al unísono. - Mmm, ¿sí chicos?- respondió con sobresalto. - ¿Estas aquí o en tu mundo de locura? -le preguntó Jamie, lo que provocó una carcajada general. - Jamie, estoy en mi mundo de locura, ¿como puedes dudarlo?- le dijo con sarcasmo Travis. - Vale, vale, idea captada: no interrumpir tus maquinaciones. Despues de esta breve conversación miraron sus relojes y advirtieron que llegaban tarde a la primera hora. Con mucha prisa e intentando no chocar Travis corrió y corrió hasta que... Empezó a notar un frío excesivo, que le hizo caer. Desde el suelo -una vez agachado- miraba una y otra vez a ambos lados del pasillo, como si intentase conectar con lo que estuviera por allí.

1 comentario:

  1. joder! todo dios tiene coche para ir a la universidad menos nosotros! xDDDDD
    mola mola =]

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