
Ahora comprendía que acceder a llevar al ser a quien se ama hacia la muerte, constituye, quizá, la forma total de amor, la que no puede ser sobrepasada.
- Y ahora que ha llegado el momento de morir, he de preguntarte algo...
- ¿El qué? - me respondió con una sonrisa en los labios.
- ¿Me amas?- le pregunté con los ojos llenos de lágrimas.
- No sólo te amo, sino que estoy dispuesto a morir, ¿no ves donde estamos? Estamos en el fin del mundo, pero juntos, tú y yo...
- Lo sabía... Pero me costaba creer que tú pudieses existir..
Acto seguido, se besaron, se abrazaron y se unieron en un segundo eterno donde sus almas y corazones se fundieron en un solo ser, daba igual lo mucho que hubieran sufrido por llegar hasta ahí, daba igual que en el segundo siguiente muriesen, porque al fin y al cabo, el amor, al igual que la guerra, mata; pero la diferencia es que ellos supieron lo que era morir juntos en un acto de supremacía que superaba toda lógica...
por qué morir pudiendo compartir una vida plena con el amor?a veces es mejor demostrarlo de ese modo.
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