Travis, con mucho esfuerzo se levantó poco a poco, y notaba como los susurros cada vez eran más cercanos. Miraba de un lado a otro, con frénetica fiereza, esperando a que él o ella o ese ser que estaba rondándole, apareciera. Pasaron los minutos, -o tal vez fueran unos segundos que se alargaron demasiado-, y nada ocurría. Pero Travis sabía que le observaban, sabía que le estaban observándole de manera minuciosa y analítica. ¿Querían descubrir su secreto, o tal vez sólo estaban buscando sus puntos débiles? No le importaba demasiado lo que quisiesen, sólo quería que se alejasen de la universidad, la cual estaba repleta de gente inocente. Bueno, realmente no eran tan inocentes como daban a entender, pero en esa batalla entre Travis y quien quiera que fuese, sí lo eran. De pronto, el frío que sentía se fue disipando, y poco a poco todo volvía a la normalidad. Se escucharon las sirenas, y a un millar de alumnos corriendo de un lado a otro de manera alocada, como si tuviesen miedo. Pero no era por miedo por lo que corrían, sino porque llegaban tarde a su proxima clase. Todo lo que Travis había sentido se había ido por completo, y ahora él tenía que mantener la compostura y utilizar su máscara para cubrir su caída...

- ¡Hey Travis! ¿Estas bien?- le preguntó TJ con cara de preocupación.

- E-Esto sí TJ, no sé lo que me ha pasado, creo que ha sido una bajada de tensión- le dijo Travis con la mejor de sus máscaras.
- Nos has dado un buen susto a todos, creímos que estabas inconsciente- replicó Lana.
- Y por un momento lo he estado, Lana. Ahora si me disculpaís iré a la enfermería a que me miren ¿vale? No os preocupeís por mí estaré bien. - Le respondío Travis.
- ¿Seguro que no quieres que te acompañemos? Ya sabes que la señorita Flagg, no nos cae demasiado bien- dijo Bryan.

Ese comentario fue respondido con una carcajada general, incluyendo a Travis, quien se sintió mucho más tranquilo y más relajado.
- No Bry, prefiero ir solo. A la hora del almuerzo nos vemos.

Y con este comentario, se dio la vuelta y se despidió con la mano. Y mientras se alejaba del lugar, una extraña chica de pelo cobrizo y despeinado, con un look algo desenfadado no hacia otra cosa que mirarle y desearle, puesto que él era el amor de su vida.

-PeroTravis no tenía tiempo para la universidad -ni para amoríos-, su cabeza sólo giraba en torno a ese estraño escalofrío que había sentido y que le había observado. Cuanto más quería dejar de pensar en él, más lo hacía y eso le preocupaba. Cuando llegó a su coche, -despues de pasar por un laberinto de pasillos y escaleras y por delante de la enfermería- sólo pudo sorprenderse puesto que habían escrito en una de sus ventanillas ESCALOFRÍO, y eso sólo podía significar una cosa. Había alguien nuevo en la ciudad, al que le gustaba jugar mucho....