Quererte en lo más profundo de y sin embargo, no poder tocarte.
Eres la fantasía de cualquier individuo que sueña inevitablente con fantasmas
de los que no puede esperar más humo y huesos rotos.
Eres la locura de cualquiera que pueda hacer sonar,
mediante un teclado de piano, la sinfonía de la tarde cubierta
por las hojas secas del otoño.
Eres, eres, eres.. ¡Pero nunca serás!
Porque eres el cuadro a medio acabar de un pintor
que jamás lo podrá termirar.

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