Mariposas.

Se desperezan las palabras en mi boca, como el batir de alas de una mariposa. Van formándose lentamente, abriéndose paso entre mis cuerdas vocales. De pronto, un sonido parecido a un chirrido metálico. Carraspea mi garganta a modo de prevención. Y de repente sale un chorro de voz. Grita apabullante el sonido de las palabras al encontrarse con el aire exterior. Juguetean de forma constante con mi lengua. Malabarista sin fundamento, sirve de trampolín para vocalizar. Y todas las palabras que yo creí que se atascaban, saltan, corren, vuelan, para nacer en mi boca y admirar de esta forma la realidad.

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