Desde hace varias noches me persigue el mismo sueño, un sueño amargo que no me deja descansar. Supongo que es el cansancio, el te echo de menos pero no puedo verte, el quiero estar junto a ti, lo que me hace ser insegura. Insegura por mis sueños defectuosos, carentes de vida y que, sin embargo, se muestran hostiles cuando quieren.

Terrores nocturnos que acaban anidando dentro de mí y creando un pozo de desconfianza, de malestar para conmigo. En fin, ya vendrán sueños mejores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario