Ver como todo va cuesta abajo, ver como los demás están bien, sus relaciones van bien, se complementan y se sorprenden, no hay necesidad de que uno haga más que el otro, si no que trabajan en un equipo...
Al principio él y yo eramos así, detallistas, un equipo, pero nos hemos abandonado a la seguridad que supone el tenernos el uno al otro. En días como hoy, siento una pizca de envidia por todos aquellos que han sabido mantenerse, que han sabido seguir conquistando a sus parejas.
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