-¿Y qué me queda ahora aparte de esta absoluta oscuridad?- Preguntó con desgana Travis mientras colgaba su máscara en el falsa librería que tenía en su habitación.

Travis, era un chico tímido y algo introspectivo, que estaba en su mundo lleno de imaginación donde podía realizar las más absolutas locuras. Él soñaba con ser el justiciero ciego, soñaba con poder derrotar al mal, soñaba con que la corrupción y la pestilencia de las calles desapareciera. Soñaba con un mundo perfecto y feliz, donde sus padres no se hubieran separado y donde la oscuridad no le diera miedo, puesto que, él creía que los monstruos irían a por él por el hecho de ser un cobarde. Pero claro, estos eran los pensamientos de un niño de 10 años...
Pero ese Travis, soñador e ingenuo habia desaparecido... Después de 10 años todo había cambiado...

Travis, había conseguido sacar el bachillerato con mucho esfuerzo dejando de lado las fiestas y a las chicas, - nunca había salido con nadie, porque las chicas creían que era un espécimen raro-
y él no las culpaba por creerlo, se había abandonado, había optado por una vida llena de fantasía y sueños en las que no había cavida para los seres de carne y hueso... Todos creían que Travis estaba loco, o al menos, un tanto transtornado, siempre hablando de héroes y de villanos, del bien y del mal, siempre con el mismo tema por lo que se había convertido en el objeto de burla de muchos de sus compañeros desde que había entrado en el instituto.

Pero a Travis no le importaban esas burlas, él era consciente de que la mayor equivocación de los demás era su absoluta indiferencia respecto al bien y el mal, sin llegar a posicionarse nunca a un lado u otro de la línea. Él sabía cual era su bando y no lo traicionaría por nada - o al menos eso creía desde un primer momento-.

Pero toda esa época de humillaciones y burlas había acabado, era un Travis diferente, y todo a causa de aquel accidente que había hecho mella en él. Ahora, la oscuridad le amparaba y le atormentaba, le asustaba pero le encantaba, todo era una pura contradicción de sentimientos. Y mientras llegaba a su casa, no paraba de pensar en el duro día que había tenido, en como su vida se basaba en una mentira -pero que quería mantener a toda costa- pero en lo feliz que era siendo como era. Y por fin, después de tan duro día de trabajo se desvistió y dejó su máscara en el borde de la cama, dejando así que sus miedos se perdieran en la oscuridad más endiablada....

1 comentario:

  1. al final travis le demostrará al mundo que se equivocaban al pensar esas cosas de él? habrá que esperar jojó. Me mola :3

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