La existencia de la auto-culpa, o lo que es lo mismo, del propio autocompadecimiento, es un síntoma de que preferimos agachar la cabeza y hacer recaer culpas que no nos conciernen sobre nosotros mismos, antes que ver lo dañina que puede ser la compañía de ciertos individuos y/o actores que actúan en tu realidad.
Toda relación social que se precie, necesita de la reprocidad para poder llevarse a cabo un intercambio de intereses, un intercambio de pareceres y sobretodo, la afectuosidad que nos hace querer seguir manteniendo dicha relación. Pero cuando una de las partes está contaminada, por decirlo de alguna manera, cuando esa otra parte no intenta ser un igual a ti, sino un dominador, las cosas cambian.
Ya no existe dicha relación de reciprocidad igualitaria en la que yo ofrezco a la par que recibo por ese ofrecimiento, sino que prevalece la opinión y las decisiones de un individuo que sabe de tus debilidades y las utiliza para enajenarte y dominarte, de tal manera, que eres poco consciente de la situación de manipulación a la que te ves sometido.
Y aún siendo capaz de ver esa situación de desventaja, prefieres agachar la cabeza y achacarte -de forma ineficaz e ilógica- unas atribuciones erróneas de tu propia persona, porque prefieres "seguir con esa amistad" en vez de darle su merecido.
Personalmente creo que el autocompadecimiento no lleva más que a un discurso lastimero que te hace ser víctima de algo que no merece la pena llevar más allá de una simple anécdota.
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