Sólo un segundo.

Irte con lágrimas en los ojos.
Intentando sonreír a la vez que tus mejillas se llenan de diminutas muestras de sal provocadas por el lamento.
Querer ser fuerte ante él.
Tu amor, tu vida.

No poder hacer nada. 
Derrumbarte sin remedio.
Sonreír a medias tintas mientras el recuerdo de su tacto permanece intacto sobre tu piel.
Hace sólo un instante estabas abrazada a él -pienso.
¿Cómo es posible que le eche tantísimo de menos? ¿Por qué esta quemazón al despegarme de su cálido abrazo? ¿A qué se debe esta locura? - me repito una y otra vez.

Son preguntas que no tienen respuesta o, al menos, yo no le he encontrado una respuesta plausible.
Se deshidrata mi corazón de tanto llanto ahogado. No quiero dejarle. Quiero quedarme junto a él horas y horas, días y meses. Maldigo al tiempo - pienso mientras suspiro pesadamente.



No hay comentarios:

Publicar un comentario